El atleta keniano, Abel Mutai, medalla
de oro de los 3.000 obstáculos hace cuatro meses en Londres, estaba a
punto de ganar la prueba cuando, al entrar en una pista donde estaba la
meta se creyó que ya había llegado , aflojó totalmente el paso y,
relajado, comenzó a saludar al público creyendo vencedor. Lo que le
venía detrás, Iván Fernández Anaya, al ver que se equivocaba y se paraba
una decena de metros antes de la pancarta, no quiso aprovechar la
ocasión para acelerar y ganar. Se quedó a su espalda, y gesticulando
para que la entendiera y casi empujándolo, llevó al keniano hasta la
meta, dejándolo pasar por delante.
Iván Fernández Anaya, un
corredor vitoriano de 24 años que está considerado un atleta con mucho
futuro (campeón de España de 5.000 metros en categoría promesas hace dos
años) afirmó al terminar la prueba: "Aunque me hubieran dicho que
ganando tenía plaza en la selección española para el Europeo, no me
habría aprovechado. Creo que es mejor lo que he hecho que si hubiera
ganado. Y esto es muy importante, porque hoy en día, tal como están las
cosas en todos los ambientes , en el fútbol, en la sociedad, en la
política, donde parece que todo vale, un gesto de honradez va muy bien
".
Lo decía al principio: desgraciadamente, se ha hablado muy poco
de este gesto. Y es una lástima. En mi opinión, estaría bien explicarlo a
los niños, para que no piensen que el deporte es únicamente lo que ven
por la tele: patadas violentas a raudales, declaraciones pijos, dedos en
los ojos de los contrarios .
EBONY AND IVORY
Hace 10 años
Maravillosa historia. La colgué en mi muro de facebook. Que todo el mundo lo sepa, ahí está la sabiduría, en mostrar simpatía, solidaridad y honestidad hacia los demás...porque SOMOS UNO.
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